PREPARACIÓN DE EXÁMENES

Los exámenes pueden producir ansiedad por varios motivos: presión sobre los resultados, dificultad de las pruebas, tiempo limitado para completarlas... Para optimizar nuestro esfuerzo y evitar la inseguridad que puede influir en nuestro rendimiento, es conveniente elaborar un plan de estudio:
La planificación del estudio se debe hacer con suficiente antelación, en función de las necesidades y posibilidades individuales. Si somos constantes y estudiamos con regularidad, nuestro rendimiento será mejor, afianzaremos lo aprendido y podremos aclarar dudas que surjan. De este modo, tendremos más confianza en nosotros mismos y evitaremos la angustia ante un examen.
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Al comienzo de la sesión de estudio el rendimiento es mayor, por lo tanto, debemos empezar con la materia que nos resulta más difícil y dejar para el final de la sesión las tareas que nos cuesten menos o que exijan menor concentración.
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Incluiremos descansos breves (10-15 minutos) entre sesiones de dos horas y media. Podemos hacer alguna actividad (dar un pequeño paseo, tomar algo...) que no nos distraiga demasiado. En cualquier caso, si nos encontramos muy fatigados, podemos hacer una pausa de cinco minutos, aunque no llevemos dos horas estudiando.
HORAS |
SESIÓN DE ESTUDIO DE TARDE |
14.30-16.30
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Comida /Descanso/Ocio
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16.30-18.30
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Estudio: tareas, repaso, preparación de exámenes...
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18.30-18.45 |
Descanso |
18.45-19.30 |
Estudio: tareas, repaso, preparación de exámenes...
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19.30-21.00
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Tiempo libre: amigos, música, entrenamiento...
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21.00-23.00
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Cena/Descanso/Ocio
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Durante las vacaciones de verano podemos organizarnos sesiones de estudio de mañana. ya que por la tarde hace más calor y nuestra concentración seguramente será menor.
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Es necesario analizar los resultados de nuestras sesiones de estudio. Si funcionan , debemos seguir con ellas regularmente. Si no son eficientes, debemos cambiar lo que no funcione (duración., descansos...).
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Antes de un examen, hay que descansar y respetar las horas de sueño necesarias. De lo contrario, nuestro rendimiento el día de la prueba será menor.
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Se debe preparar con anticipación todo lo que nos haga falta para el examen (lápices, bolígrafos, calculadora, etc.)
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Finalmente, llegado el momento de realización el examen, debemos evitar empezar a contestar las preguntas de manera precipitada. Hay que escuchar con atención las indicaciones y aclaraciones del profesor. Posteriormente, escribimos nuestro nombre y apellidos, para no incurrir en posibles olvidos. A continuación, leemos despacio las preguntas del examen, fijándonos en palabras clave (compara, define, explica...). Una vez que entendamos lo que hay que hacer, comenzamos con las preguntas que sean más sencillas y dejamos las más difíciles para después. Debemos asignar algún tiempo para repasar nuestro examen antes de entregarlo.
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